Hace algún tiempo con la ansiedad
incrustada en mi alma escribí mil párrafos para ti.
Te escribí prosas y cuentos
llenos de felicidad, porque cada momento contigo, significaba eso, felicidad;
eras esa alba que aparece en cada amanecer, y el ocaso al anochecer. Te escribí mis emociones y te confese lo que
nunca me atreví a decir en voz alta.
Desnude mi ser ante ti, sin temor,
sin miedo, porque el corazón me pedía a gritos compartir contigo mi ser; me pedía
ser parte de ti, unirnos en la forma más profunda que se puede lograr.
Te guardé, te tatué en mi ser, y ahora,
en la despedida, que difícil es, dejar ir parte de mi corazón y del amor que
una vez te di.