29/10/16 - 1:24am
Soy un ser humano promedio, he
tenido mis momentos, claro esta que no todos estos momentos han sido iluminados
ni mucho menos protegidos hasta el punto de atesorarlos. Tal vez deba ser
honesta y decir, que a pesar del empeño que intento poner a cada una de las
cosas que realizo, aún tropiezo y me sumerjo en ese agujero negro que sólo me
ocasiona sufrimiento, que me encierra en una pequeña habitación negra, en la
cual, ahogo el llanto y los gritos de suplica que salen de mi interior, ese
agujero negro que estremece mi cuerpo y carcome mi alma.
Puedo decir, si se me permite ser
casi sincera, que a pesar del vaivén de emociones que habitan en mi interior,
he reído, he disfrutado, pero esos momentos de dicha son destellos crueles, que
poco a poco se van repitiendo como escenas transitorias en mis pupilas, y de
los cuales, no puedo dejar de cuestionar, ¿fui verdaderamente feliz en esos momentos?
O sólo fingí que la sonrisa y risa que dejé salir de mis labios fue una auto
respuesta automática.
¿Soy feliz? ¿He conocido la
dicha? Intento recordar, sin embargo, no existe un solo momento que me permita
aferrarme a lo que significa la felicidad, entonces, queridos amigos, no tengo
respuesta a su pregunta.
¿Qué si deseo ser feliz?, esa es la pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento, y supongo que la respuesta es si; deseo ser feliz, no obstante, hasta que no acabe esta angustia perpetua, sólo me queda seguir viviendo en automático.